Si estás planeando visitar la ciudad, ya te habrás dado cuenta de que son muchas las cosas que puedes ver y hacer en Río de Janeiro. La que hasta hace poco fue la capital de Brasil, es una ciudad cosmopolita, llena de historia y sobre todo llena de vida. El ritmo de la conocida con el apelativo de Ciudad Maravillosa parece no parar nunca y no es raro que los visitantes se sientan rápidamente embargados por una sensación de fascinación.
Conocer la ciudad a fondo no es fácil si sólo se la visita por unos pocos días. Escoger entra la gran cantidad de excursiones en Río de Janeiro, que incluyen visitas culturales, actividades deportivas o paseos por la naturaleza, no es nada fácil, por eso aquí te dejamos algunas de esas cosas que no te puedes perder en Rio, en especial si es tu primera vez.
Subir al Pan de Azúcar
Imposible que entre las principales excursiones en Río de Janeiro no se encuentre la subida al Pan de Azúcar. Este peculiar morro (cerro) que cae directamente al mar es una de las imágenes más conocidas de la ciudad y uno de los primeros lugares a los que todo viajero se encamina. La subida tiene dos tramos, el primero sube hasta el Morro de Urca, al que puedes subir en el teleférico, mejor conocido como bondinho, o siguiendo una sencilla ruta de trekking que sale de uno de los lados de la playa Vermelha.
El segundo tramo, que va desde Urca hasta el Pan de Azúcar se hace siempre en el bondinho (salvo que hayas decidido escalar). Para ambos recorridos el billete se compra en las taquillas o por internet lo que es muy recomendable si quieres ahorrarte largas colas.
En Urca encontrarás varias tiendas, restaurantes y lugares donde tomar algo típico. No dejes de probar el açai con cereales y frutas, el açaí es un fruto rojo típico ideal para reponer energías, así que seguro que te dará fuerzas para seguir recorriendo la ciudad.
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Ver las vistas de la ciudad desde el Cristo Redentor al caer la tarde
Sin duda otra de las típicas excursiones en Río de Janeiro es la que lleva hasta la cima del morro del Corcovado, donde se encuentra la monumental estatua del Cristo Redentor. Por supuesto que llevarse la foto con el Cristo de fondo es uno de los principales objetivos de todos los que visitan Río, pero además esta excursión te resultará inolvidable por las increíbles vistas que desde arriba tendrás de la ciudad.
Mucha gente no se plantea exactamente a qué hora subir al Corcovado pero una buena idea es hacerlo por la tarde y esperar arriba a que el sol vaya bajando y las luces de la ciudad se empiecen a encender. Si tienes paciencia conseguirás fotos únicas y casi hasta podrás llevarte la imagen del Cristo iluminado sin demasiada gente a tu alrededor.
Las dos formas más típicas para subir son en el Tren del Corcovado y en las Vans Oficiales. Al igual que en el caso del Pan de Azúcar lo mejor es comprar los billetes para subir en el tren por internet, ya que no sólo se forman largas colas en la estación sino que en temporada alta puedes correr el riesgo de no conseguir cupos disponibles. Las Van tienen varias boleterías en la ciudad y también es mejor comprar los billetes por lo menos unas horas antes.
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Visitar el Estadio Maracaná
No hay deporte que sea más amado en Brasil que el fútbol. Seguramente no encontrarás brasileño que no disfrute viendo un buen partido y todo carioca está orgulloso de que su ciudad albergue el conocido como el “Templo del Fútbol”, es decir el Estadio Maracaná.
Participar de una de las visitas guiadas al estadio es una de esas cosas que no puedes dejar de hacer en Río de Janeiro. Claro que también puedes escoger la opción de hacer una visita libre pero la verdad es que la visita guiada vale mucho la pena, aprenderás anécdotas e historias sobre el estadio y los equipos que allí han jugado y podrás acceder al campo, a la sala de prensa y a los vestuarios.
El Maracaná fue modernizado para albergar la Copa del Mundo 2014 y ha quedado precioso. Es fácil llegar al estadio en metro, las visitas son todos los días y hay varios horarios en que la visita guiada es en español. Con toda seguridad será una experiencia que no olvidarás.
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Hacer una excursión en jeep por la Floresta da Tijuca
Entre las variadas excursiones en Río de Janeiro que tienes disponible, una de las más clásicas es la que recorre en jeep el Parque Nacional o Floresta da Tijuca, que no es un parque sino una enorme selva tropical en el mismo corazón de la ciudad. Estos circuitos en jeep se internan en la floresta y es una excelente manera de hacerse una idea de la verdadera dimensión que la naturaleza tiene en Río.
Durante el recorrido tendrás la oportunidad de hacer pequeñas caminatas a través de esa enorme selva tropical, visitar un pequeño museo natural, ver algunas cascadas y llegar hasta la Vista Chinesa, un mirador de diseño oriental desde donde podrás contemplar de una sola mirada, tanto el Pan de Azúcar como el Cristo Redentor. No hay muchos lugares desde los que se pueda tener esta increíble perspectiva.
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Ir por la noche a escuchar música en vivo a Lapa
Uno de los principales elementos de la cultura carioca es su música. No hay visita a Río de Janeiro que no esté completa si no se ha vivido la experiencia de escuchar música en vivo en alguno de los bares tradicionales de la ciudad. Los hay en muchos lugares, pero el barrio bohemio por antonomasia es Lapa.
Una noche en Lapa te dará la oportunidad de disfrutar de diferentes estilos musicales, pero sobre todo de Jazz, Bossa Nova y Samba. En todos los bares tendrás la oportunidad de comer, beber la tradicional cachaza (o lo que prefieras), escuchar a excelentes grupos musicales y, si te animas, incluso de bailar.
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Hacer un paseo en barca por la bahía de Guanabara
Dicen que cuando los portugueses llegaron por primera vez a Río de Janeiro, confundieron la bahía con la desembocadura de un enorme río y por eso bautizaron el lugar con ese nombre. El caso es que la bahía de Guanabara es un enorme entrante de mar tranquilo, en cuyas márgenes se fue desarrollando la ciudad y que está salpicada de cientos de islas y playas.
Hacer un paseo en barca por la bahía te permitirá tener casi la misma visión que tuvieron los primeros portugueses a su llegada, aunque claro, el paisaje ha cambiado bastante. Podrás ver también algunos de los fuertes que fueron construidos para la defensa de la ciudad y entender por qué Río de Janeiro era (y es) un puerto tan estratégico.
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Visitar el nuevo Porto Maravilha, el recuperado puerto de Río
Hasta hace no mucho, la zona portuaria de Río de Janeiro no era ni de lejos un lugar turístico. A pesar de ser uno de los puertos más importantes del país, y de recibir no sólo mercancías sino cruceros turísticos, los alrededores del puerto lucían feos, sucios y descuidados. Pero ahora afortunadamente todo eso ha cambiado y no puedes dejar de conocer el que se ha venido a llamar Porto Maravilha (Puerto Maravilla).
Los Juegos Olímpicos de 2016 han sido el motor que ha impulsado esta transformación y el puerto vuelve a ganar una vida que había perdido. Un paseo por la zona del puerto te permitirá conocer el Museo de Arte de Río, una combinación de dos edificios, uno clásico y el otro moderno, que se han unido de forma sorprendente y que cuenta siempre con interesantes exposiciones. También podrás ver la renovada Praça Mauá (Plaza Mauá) que se ha convertido en un enorme espacio para el uso público y, admirar el sorprendente Museo del Mañana, diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava y cuya forma futurista seguro que te dejará con la boca abierta, eso sin olvidar que pretende convertirse en uno de los mayores museos de ciencia y ecología del mundo.
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Ver el atardecer desde la Pedra do Arpoador
Entre las sencillas excursiones en Río de Janeiro que puedes hacer sin necesidad de guía, está la de ir a disfrutar del atardecer desde la Pedra do Arpoador, ubicada al final de la playa de Arpoador. Cuenta la historia que el nombre de esta piedra se debe a que en la antigüedad las ballenas se acercaban tanto hasta esta zona que desde allí podían ser cazadas con arpones. Las ballenas ya no llegan más pero los que sí lo hacen son los cientos de turistas y cariocas que se reúnen allí al caer la tarde para disfrutar de impresionantes puestas de sol.
Eso sí, no esperes hasta muy tarde para acercarte a la Pedra do Arpoador, porque si el día está despejado se llenará de gente muy rápido y aunque es más grande de lo que parece a simple vista, los mejores lugares son los primeros en ocuparse. La piedra tiene varios niveles y no es necesario llegar hasta lo más alto para tener buenas vistas, aunque algo de altura siempre será mejor.
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Recorrer entera la famosa Orla de Copacabana
Imagen indiscutible de Río de Janeiro, con sus aceras de pequeñas piedras blancas y negras que representan las olas del mar, la Orla de Copacabana o paseo marítimo de la playa de Copacabana, es uno de los lugares más concurridos de la ciudad, tanto de día como de noche. No dejes de recorrerla entera, ya sea caminando o en bicicleta, pero tómate tu tiempo para ver todo lo que pasa en ella porque es una forma perfecta de entender el ritmo de Río y de los cariocas.
En estricto rigor la orla de Copacabana empieza en la Av. Princesa Isabel que marca el límite entre los barrios de Leme y Copacabana, pero lo mejor es empezar a recorrerla desde el principio, un poquito antes del Posto 1, y terminar a los pies del Fuerte de Copacabana. Disfruta del paseo y déjate tentar por alguno de los quioscos que hay a lo largo de la orla donde podrás tomar un buen chope gelato (cerveza bien fría), escuchar música y comprobar que la orla de Copacabana no es sólo para turistas.
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Y por supuesto, pasar por lo menos unas horas en la playa de Ipanema
No puedes olvidar que entre lo mucho que hace famosa a la ciudad de Río están sus playas. Río de Janeiro tiene muchas playas de arenas doradas que durante los días de calor (que no sólo los hay en verano) se llenan de cariocas y visitantes que buscan tomar el sol, hacer deporte y darse refrescantes baños.
Ya sea que seas amante o no de la playa, no puedes dejar de pasar un rato por lo menos en una. Entre las que hay dentro de la ciudad te recomendamos la playa de Ipanema, mundialmente conocida, entre otras cosas, gracias a la canción La Chica de Ipanema (Garota de Ipanema). Esta playa está limpia, es amplia y tiene varias zonas diferenciadas así que seguro encontrarás la mejor para ti. Tal como hacen los locales, lleva sólo lo justo, alquila una cadeira (silla de playa) y disponte a tomar el sol o a mirar a los cariocas practicando deporte, ya sea en la arena, en el mar o en la orla. La playa forma parte de la vida de los cariocas y cuando pases un rato en ella te darás cuenta hasta qué punto es importante para ellos.
