Últimamente parece que los medios de comunicación se han puesto de acuerdo para bombardearnos con noticias que muestran lo “peligroso” que puede ser viajar a Río de Janeiro. Violencia armada y delincuencia de todo tipo (robos, violaciones, asesinatos) y, por si fuera poco enfermedades tropicales asechando al visitante a cada paso como el zika, el dengue o quien sabe cuántas otras enfermedades “potencialmente mortales”? Todo ello combinado, por supuesto, con la incertidumbre política y el descontento social que, según cuentan, reina permanentemente no sólo en Río sino en todo Brasil, llenando las calles de confusión e inseguridad.
Todo este “peligroso caos” que nos cuentan permanentemente hace que mucha gente que siempre ha soñado con visitar la ciudad y comprobar en primera persona por qué se la conoce con el sobrenombre de “la Ciudad Maravillosa”, se pregunte si visitar Río en estos momentos es una buena idea.
Y aunque no se puede negar lo evidente, la delincuencia (en especial la callejera) y las enfermedades tropicales existen, también es verdad que la mayoría de turistas salen indemnes cada día de sus viajes a Río, tomando medidas sencillas como frecuentar sólo las zonas turísticas, tomar precauciones durante la noche y usar repelente de mosquitos.
Así que si eres de esos que todavía está dudando entre ir y no ir y necesitas ayuda para tomar una decisión, nosotros te dejamos aquí algunos de los verdaderos peligros con los que te puedes encontrar al viajar a Rio de Janeiro:

1. Conocerás a gente tan amable, que te dará la bienvenida con una sonrisa y que hará que te sientas como en casa, que pensarás que no sería mala idea vivir en Río. Sentirás la famosa alegría y hospitalidad carioca y cualquier tiempo que pases allí te sabrá a poco.

2. Al viajar a Río de Janeiro estarás expuesto a los enormes peligros de la selva aunque no salgas de la ciudad. Río se levanta en medio de una enorme selva tropical así que en todo momento correrás el riesgo de tropezar con fauna salvaje como monos tití, tucanes, coatíes y una enorme variedad de pájaros y mariposas. Eso sin olvidar que si se te ocurre visitar alguna de sus muchas reservas naturales como el Parque Chico Mendes o el Parque Marapendi, encontrarás peligros mayores como capibaras, perezosos o hasta jacarés. En Río de Janeiro la selva está por todas partes!

3. Río de Janeiro tiene tantos kilómetros de costa y playas que es posible que la idea de vivir disfrutando del mar cada día como lo hacen los cariocas, te obsesione y no vuelvas a ser el mismo nunca más.

4. Y si tu concepto de unas vacaciones perfectas es pasarlas en playas paradisiacas y llegas a las playas de Buzios o Isla Grande, es casi seguro que no encuentres playas tan perfectas para ti en otro lado y correrás el peligro de querer volver una y otra vez, olvidando cualquier otro destino posible.

5. Una vez que hayas probado el “chope gelado”, es decir las cervezas frías que sirven en cualquier parte de la ciudad, ninguna otra cerveza te parecerá que está a la temperatura perfecta. Nunca más te volverás a tomar una cerveza sin recordar las de Río… ahí sí que saben servirlas frías…

6. Aunque quizá uno de los mayores peligros que te puedes encontrar al viajar a Río de Janeiro sea el de descubrir la alegría en su máxima expresión y las fiesta más grandes del mundo. Si por una de esas casualidades del destino llegas a Río durante el carnaval o el reveillón –Dios te libre-, entonces ya ninguna otra celebración te parecerá lo mismo. Nunca verás tanto color, tanta alegría ni tanta música como durante dos de las fiestas más famosa del mundo. Y claro, después de descubrir la alegría de la samba, la música por excelencia del carnaval, ya no encontrarás un ritmo más alegre ni más perfecto para bailar. Pero… podrás encontrar samba en tu ciudad?

7. Ver en persona uno de los monumentos más famosos del mundo, el Cristo Redentor, no sería poner en peligro tu corazón, quizá no soporte una emoción tan grande? Después de todo sus 30 metros de altura y 1.200 toneladas pueden ser demasiado impactantes.

8. Eso sin olvidar el fútbol. Qué pasará si al final de tu viaje a Río, los cariocas te han contagiado su inmenso amor por ese deporte y al volver a casa pretendes que el mundo se detenga (como pasa en Río) cuando juega tu equipo favorito?

9. Y las caipirinhas? Mejor ni probarlas! Tantas y de tantas frutas exóticas que tus sentidos quedarán sobrepasados. Además corres el riesgo real de no encontrarlas iguales en otra parte.

10. Y si eres de esos a los que les gusta el riesgo y la aventura, entonces los peligros están servidos para ti en Río de Janeiro. Ala delta, parapente, rafting, escalada, ciclismo de montaña, surf en olas enormes. Todo en un solo lugar y en medio de un entorno natural único? Podría ser demasiado…

11. Aunque si lo tuyo es la arquitectura, la historia o el arte, tampoco estás libre de caer en las garras de la única ciudad que ha sido capital de un reino europeo, que está llena de museos y centros culturales de acceso gratuito (o baratísimo), incluido uno de los museos del futuro y el medio ambiente más modernos del mundo y con una arquitectura sorprendente.

12. No digamos nada sobre la fotografía. Si te gusta hacer fotos, aunque sea un poco, entonces viajar a Río de Janeiro sí que puede ser peligroso para ti. Podrías entrar en un estado de nervios imposible de soportar al no poder decidirte a dónde mirar ni hacia dónde ir, no es posible abarcarlo todo (o sí?). Demasiados miradores con imágenes que quitan el aliento, demasiados colores únicos en cada atardecer, demasiado verde entremezclado con el azul del mar, demasiada gente diferente, demasiada cultura, demasiada vida…
Sí, si viajas a Río de Janeiro tendrás que ser cuidadoso y tener en cuenta ciertas reglas de seguridad que harán que tu estancia en la ciudad sea mejor, pero no te olvides que el verdadero peligro es que te enamores de la Ciudad Maravillosa. Si visitas Río nunca volverás a ser el mismo y lo peor de todo, es que querrás volver una y otra vez!