Jardín Botánico de Río de Janeiro

Emplazado en el barrio del mismo nombre, en los límites del Parque Nacional da Tijuca, el Jardín Botánico de Río de Janeiro es una auténtica joya natural. En sus 137 hectáreas, alberga más de 9.000 especies de plantas nativas y foráneas, varios edificios históricos y el Museo de Medio Ambiente (cerrado por obras de restauración).
Origen del Jardín Botánico de Río de Janeiro

La historia del Jardín Botánico se remonta a los inicios del siglo XIX cuando don João VI, el Príncipe-Regente de Portugal se exilió a Brasil y estableció en Río de Janeiro la sede de la monarquía.
Llegado a Brasil en 1808, Don João creó un Jardim de Aclimação (jardín de aclimatación), con la finalidad de adaptar al clima de la ciudad, especies traídas desde las Indias Orientales como la nuez moscada, la canela y la pimienta.
El 11 de octubre de ese mismo año, el jardín recibió el nombre de Real Horto (Huerto o Jardín Real) y quedó ubicado al lado de Real Fábrica de Pólvora. Toda el área formaba parte de lo que fue un gran ingenio azucarero perteneciente a Rodrigo de Freitas, justo al lado de la Laguna que hoy lleva su nombre.
Muchas de las plantas iniciales que se usaron para la creación del Jardín Botánico Río de Janeiro, provenían de lugares tan exóticos y lejanos como las Islas Mauricio y de las Guayanas.
Una de esas plantas, que se convertiría en emblema del jardín, es la conocida como Palmera Imperial o Palmera Real. Regalo de don Luiz de Abreu Vieira e Silva, fue el mismo Príncipe Don João quien la plantó y por eso se le dio ese nombre.

La idea inicial de los directores del Jardín Botánico fue mantener ese ejemplar en exclusividad pero los esclavos subían por la noche a la palmera y recogían sus frutos para venderlos clandestinamente. De este modo, la llamada Palmera Real (Roystonea oleracea) se dispersó por todo el país, haciéndose más conocida incluso que la palma nativa.
La palmera original (Palma Mater) plantada por Don João sobrevivió hasta 1972 cuando desafortunadamente fue alcanzada por un rayo, que acabó con ella. En ese momento, con casi dos siglos de vida medía 38,7 metros de altura. Los restos de su enorme tronco se encuentran el Museo para admiración de sus visitantes.

Aunque las luchas por la independencia de Brasil ocasionaron que el Jardín Botánico de Río de Janeiro cayera en un período de abandono, en 1822 fue abierto al público ya con el nombre de Real Jardín Botánico.
Fue durante esos años que el fraile carmelita Leandro do Sacramento, miembro de la Academia de Ciencias de Londres y Munich y Profesor de Botánica de la Academia de Medicina y Cirugía de Río de Janeiro, asume la dirección del Jardín Botánico, aumentando notablemente las colecciones, catalogándolas y dándole un carácter mucho más científico.
Principales colecciones del Jardín Botánico

En la actualidad, el Jardín Botánico Río de Janeiro contiene una gran variedad de riquezas, no sólo naturales sino también históricas.
Entre las mayores colecciones destacan:
Un magnífico Bromeliario, con una colección de más de 10 mil ejemplares de bromelias.
El Orquideario, que cuenta con cerca de 3000 ejemplares de 600 especies diferentes de orquídeas.
La colección de Plantas Medicinales, con una gran variedad de plantas con propiedades curativas, que está ubicada en parte de las instalaciones de la antigua Fábrica de Pólvora.
Una enorme colección de Cactus, una de las más grandes de todo el país.
Y, un invernadero de plantas carnívoras.
La presentación de las colecciones, en especial de bromelias, orquídeas y cactus es realmente hermosa, así que vale la pena tomarse un tiempo para apreciarlas con calma.

Otras zonas que no deben perderse son el jardín japonés, la sección del Amazonas con un lago donde flotan enormes ejemplares de Victoria Regia (lilas de agua) y el Jardín Sensorial, un espacio pensado especialmente para personas con limitaciones visuales.

Una visita llena de historia
Pero además de un paseo por la naturaleza, el Jardín Botánico es también un paseo por la historia de Río de Janeiro.
Una de las partes más bonitas del recorrido es la que atraviesa la Aléia Barbosa Rodrigues llamada también Aléia das Palmeiras (hilera o paseo de las palmeras). Un paseo franqueado por palmeras centenarias de más de 30 metros de altura, en cuya parte final se encuentra lo que un día fue la fachada de la Real Academia de Bellas Artes.
La Academia funcionó hasta 1908 en la Plaza Tiradentes, en el centro histórico de Río, pero a principios del siglo XX el edificio fue demolido. La hermosa fachada de mármol en estilo neoclásico es lo único que quedó de la Academia de Bellas Artes y hoy forma parte del recorrido por el Jardín Botánico

También es posible visitar la Casa dos Pilões, que fue una de las dependencias de la Real Fábrica de Pólvora de la Ciudad y que jugó un papel muy importante para la defensa del Imperio de Brasil.
Convertida en museo de sitio, aquí puede verse una maqueta que muestra cómo fue el funcionamiento de la fábrica, al igual que pequeños objetos encontrados durante las excavaciones arqueológicas. La Casa dos Pilões es además una interesante muestra de arquitectura colonial ya que permite ver cuáles eran las técnicas de construcción de la época.

Otra de las edificaciones destacadas dentro del parque es la conocida como el Solar da Imperatriz (Casa de la Emperatriz), un hermoso palacete colonial cuyos orígenes datan de mediados del siglo XVIII. Restaurado en el 2001 acoge hoy la Escuela Nacional de Botánica Tropical, la primera de su género en América Latina.
Uno de los principales atractivos de Río
Un paseo tranquilo durante los días de la semana y, muy animado y lleno de familias cariocas (como se conoce a los residentes de Río) los fines de semana, indudablemente el Jardín Botánico de Río de Janeiro es una visita que no debe perderse.
Una alternativa muy recomendable es hacer uno de los tours en jeep que combinan la visita al Botánico con un recorrido por el interior de la Floresta da Tijuca. De esta forma no sólo se puede disfrutar de un agradable paseo por la naturaleza de Río, sino que es una entretenida manera de aprender un poco sobre la flora nativa y la importancia de estos pulmones verdes para la ciudad.

Al entrar, se pueden obtener mapas explicativos del parque en el Centro de Visitantes. Para los mayores de 60 años y personas con necesidades especiales, el Jardín Botánico Río de Janeiro cuenta con carritos eléctricos (al estilo de los carritos de golf) en los que se realizan recorridos guiados por los principales hitos del parque; los paseos salen cada hora y son gratuitos.

En el acceso al Jardín Botánico, dónde está el estacionamiento, hay una agradable plaza formada por un pequeño teatro y un café «La bicicleta». En esa zona está también el Espacio Tom Jobim, un lugar de exposiciones dedicado a la vida y obra del famoso músico brasileño Antonio Carlos Jobim, compositor, entre otros éxitos, de la canción “Garota de Ipanema” (Chica de Ipanema).
En el lugar pueden verse fotografías, partituras, portadas de sus discos, paneles explicativos de su obra y su carrera artística, así como el piano de madera de jacarandá dónde creó sus inolvidables melodías.
Visitar el Jardín Botánico
Horario
Martes a Domingo: 08:00 a 18:00 h.
Lunes: 12:00 a 18:00 h.
Cerrado: excepto 25 de diciembre, 1° de enero y en caso de eventos especiales
Precios
Público general: R$15
Menores de 21 años y mayores de 60 años (brasileños): R$7,5
Cómo llegar al Jardín Botánico de Río de Janeiro
Estación Jardim Botanico | Metro Na Superficie Botafogo-Gávea
Accesos
Rua Jardín Botánico, 920 (dispone de estacionamiento para bicicletas)
Rua Jardín Botánico, 1008 (dispone de estacionamiento para automóviles y bicicletas)
Rua Pacheco Leão, 100 (ingreso peatonal)
Teléfono: +55 (21) 3874-1808 / 3874-1214
Sitio Web: www.jbrj.gov.br/