El Cementerio de São João Batista (San Juan Bautista), también conocido con el apelativo de Cementerio de las estrellas, quiere convertirse en uno de los nuevos sitios turísticos de Río de Janeiro aprovechado como reclamo a algunos de los muertos más ilustres del país, que descansan entre sus tumbas. Personalidades como la actriz y cantante Carmen Miranda, el músico Tom Jobim o el arquitecto Oscar Niemeyer son algunos de los ilustres inquilinos de este campo santo y para acercarlos a los visitantes sus responsables organizan visitas guiadas y han colocado códigos QR en las lápidas más célebres.
El cementerio San Juan Bautista es el único cementerio ubicado en la zona sur de Río, en el barrio de Botafogo y es fácil de identificar desde el mirador del Cristo Redentor. Su historia se remonta al año 1852, cuando fue inaugurado por el emperador Pedro II, quien pretendía dejar atrás la costumbre de enterrar a los muertos en las iglesias. El cementerio es uno de los más decorados y con los más lujosos mausoleos de todo el país, entre las esculturas fúnebres que allí pueden verse destacan obras de artistas como Rodolfo Bernardelli o Humberto Cozzo. La profusión de las obras de arte que contiene lo convierten de por sí en uno de los atractivos turísticos de Río de Janeiro, aunque hay que reconocer que posiblemente lo más interesante no sean sus esculturas sino los famosos que en él descansan.
Pasear por el cementerio de Sao Joao Batista es una lección de historia brasileña. Debido a que durante la mayor parte de su historia Río de Janeiro fue la capital del país, aquí están enterrados nueve ex presidentes de Brasil, varios primeros ministros de la época Imperial e incluso un expresidente del Consejo de Ministros portugués, Marcello Caetano, quien fuera figura prominente del régimen de Salazar.
Uno de los puntos más importantes del recorrido es el mausoleo de la Academia Brasileña de Letras (ABL), donde entre otros, descansan José de Alencar, Raúl Pompeia y Machado de Assis, el primer presidente de la institución. El autor de “Dom Casmurro” dijo que no quería ser enterrado lejos de su esposa, así que para complacer su último deseo, a partir de ese momento se permitió a los académicos ser enterrados junto a sus parejas.
Pero sin duda, la que atrae más la atención de los visitantes es la vía principal del cementerio conocida como “Vieira Souto”, haciendo alusión a la lujosa avenida del mismo nombre que recorre la playa de Ipanema. En esta avenida se pueden ver las tumbas del famoso compositor Tom Jobim, creador de la canción “la chica de Ipanema”, del militar y político Luis Carlos Prestes y del inventor y aviador Santos Dumont que pasó la mayor parte de su vida en Petrópolis y fue el creador del primer avión que consiguió volar autopropulsándose.
Otros personajes destacados del mundo de la música que también descansan en este cementerio son Ary Barroso, Heirto Villa Lobos, Noel Rosa, Cazuza, Clara Nunes y la famosa Carmen Miranda, considerada la reina de la samba. La tumba de esta cantante es una de las más visitadas, no sólo para homenajearla como artista, sino porque se ha convertido en una especie de santa popular a tal punto que hay quienes le atribuyen “milagros” y le dejan placas con sus agradecimientos.
El último en sumarse a la larga lista de personajes ilustres que han encontrado su última morada en el Cementerio San Juan Bautista es el arquitecto Oscar Niemeyer, que fue enterrado aquí el 7 de diciembre de 2012 con gran solemnidad. Lo anecdótico de este hecho es que Niemeyer era un comunista y un ateo confeso. Quizá por eso y como una forma de dejar claro que Niemeyer no formaba parte de ninguna iglesia, la ceremonia de su entierro fue oficiada por dos sacerdotes católicos, un rabino y un pastor luterano. Este último comentó durante la ceremonia: “Debe de ser la primera vez que se reúnen dos sacerdotes, un pastor y un rabino para celebrar el alma de un ateo”.
Debido a su riqueza artística y sobre todo a tantos moradores ilustres, la administración del cementerio San Juan Bautista, se ha puesto como objetivo convertirlo en uno de los sitios turísticos de Río de Janerio, siguiendo el ejemplo de otros cementerios que ya lo son como el de Père Lachaise en París, el de Recoleta en Buenos Aires o el cementerio Saint James en Londres.
Para lograr este propósito, además de las visitas guiadas, se ha puesto en marcha una novedosa iniciativa que hace uso de las nuevas tecnologías. Se han colocado códigos QR en las lápidas más importantes a fin de que los visitantes puedan escanearlos con sus teléfonos móviles o tablets y así tener acceso a informaciones detalladas sobre el difunto y hacer más interesante la visita.