Río de Janeiro es una ciudad con muchos y muy diversos atractivos turísticos, que encantan a todos sus visitantes sin distinción, ya sea a aquellos que buscan sol y playa, naturaleza o a los que van en busca de historia, cultura y tradición. Pero si hay algo que identifica a la Ciudad Maravillosa es indiscutiblemente su música, así que no existe visitante que se precie, que no haga un hueco en su agenda para disfrutar de la tan conocida alegría carioca y para ello nada como una visita al bohemio barrio de Lapa, donde late el auténtico corazón de la ciudad.
Flanqueado por un lado por el bullicioso y ajetreado centro histórico, y por el otro por el pintoresco y tradicional barrio de Santa Teresa, el barrio de Lapa ofrece una perfecta mezcla de imágenes, sonidos, sabores y sensaciones que lo hacen único y no hace falta esperar a la noche para visitarlo. Más allá de sus tradicionales restaurantes y bares y su animada vida nocturna que, por supuesto, no hay que perderse, Lapa bulle de vida tanto de día como de noche, por lo que nuestro recorrido empieza mucho antes de la puesta del sol.
El corazón del barrio de Lapa son sus famosos Arcos de Lapa, cuyo nombre oficial es Aqueduto da Carioca, ya que fue construido como un acueducto para llevar agua al floreciente centro urbano desde el río da Carioca. A finales del siglo XIX el acueducto cambió su función y se convirtió en un viaducto por el que circulaba (y confiemos en que volverá a circular) el famoso tranvía de Santa Teresa, conocido cariñosamente por los locales como bondinho. El bondinho de Santa Teresa jugó un papel muy importante para la vida de los cariocas, ya que era la forma más sencilla de subir al morro del mismo nombre, pero también se convirtió en uno de los principales atractivos turísticos del barrio de Lapa, ya que durante su recorrido se podía disfrutar de unas vistas privilegiadas. La forma más fácil de llegar a los Arcos de Lapa es en metro, la estación Cinelandia está a una corta caminata y las primeras horas de la tarde son ideales para apreciar el blanco encalado de los arcos y conseguir hermosas fotos.
Desde los Arcos de Lapa, lo mejor es caminar un poco hacia el oeste para ver la pintoresca Escalera de Selarón. La curiosa creación realizada por el chileno Jorge Selarón, se ha convertido en uno de los puntos más visitados no sólo del barrio de Lapa sino de todo Rio de Janeiro. Los coloridos escalones que forman la subida al morro de Santa Teresa, están forrados de azulejos provenientes de todo el mundo, que forman imágenes y transmiten curiosos mensajes a sus visitantes y, sobre todo, dan cuenta del espíritu bohemio y artístico que reina en el barrio de Lapa.
A pocos metros, a los pies de la Escalera de Selarón, se encuentra uno de los bares más tradicionales de toda la zona, Adega Flor de Coimbra (Rua Teotonio Regadas, 34), un lugar con espíritu portugués perfecto para hacer una pequeña parada y probar unos de los mejores bolinhos de bacalau (croquetas de bacalao) que se pueden encontrar en el barrio de Lapa, por supuesto acompañados de un chope gelado, o lo que es lo mismo, una cerveza bien fría. Otro excelente lugar es el Boteco Belmonte (Av. Mem de Sá, 82) que se caracteriza por sus tradicionales coxinhas (aperitivos o bocados rápidos), entre las que destacan las empadas abertas de camarão, también acompañadas de cervezas frías o de excelentes
caipirinhas, que son una buena antesala de la animación nocturna tan característica de Lapa.
Llegada la noche, la cita indiscutible es con el samba, la música carioca por excelencia. Son varios los lugares en el barrio de Lapa, donde se puede escuchar esta música en vivo y bailar, si hay valor y suficiente ritmo, uno de ellos es el famoso Carioca da Gema (Av. Mem de Sá 79). Otra calle, muy cerca y con excelentes lugares para escoger es Rua do Lavradio, donde se encuentra por ejemplo el enorme Rio Scenarium, un lugar con varios salones independientes y una sorprendente decoración en cada uno de ellos, que sin duda merece la pena ser admirada. El baile y la bebida están garantizados hasta bastante más allá de la media noche.
Otra opción para los noctámbulos que quieren sacarle el máximo partido a una noche de bohemia en el barrio de Lapa, son los espectáculos del famoso Circo Voador, aunque se llama circo no es un circo sino más bien un lugar de conciertos y fiestas con espectáculos casi todas los días que empiezan generalmente bastante tarde. Su cartelera es de lo más variada por lo que el ambiente y quienes lo frecuentan también lo son. Sin duda, una muestra más de la diversidad del barrio de Lapa y de Rio de Janeiro.
Y si después de tanta música y baile, el cuerpo pide reponer energías, siempre es posible terminar la noche en alguno de los lugares abiertos 24 horas, donde se puede comer casi cualquier cosa sin importar la hora que sea. Uno de los mejores y a pocos pasos del Carioca da Gema es el Nova Capela que sirve desde pequeños bocados hasta su característico cabrito asado, que según dicen, es capaz de resucitar a cualquiera después de una larga noche de samba y caipirinhas, aunque a esas horas puede que sea sólo para valientes.
En resumen, una visita a Rio de Janeiro no estará completa sin dedicarle unas cuantas horas a conocer el barrio de Lapa, a perderse entre sus calles para admirar sus edificios que evocan antiguas épocas de esplendor señorial y conocer el verdadero espíritu y cultura carioca. En Lapa se mezclan de forma natural y armónica, gentes de todos los tipos, jóvenes, mayores, locales, turistas y alguno que otro personaje de dudoso oficio que contribuyen a darle al barrio ese sabor auténtico y bohemio por el que se ha hecho famoso.